117 (Cirilo)

"Van corriendo como caballos,
Van levantando polvo,
Hasta aquí se oyen las risas,
Pero eso que importa,
Van ..."

Ya tenia miedo de no encontrar mas que esta terrible obscuridad, veía nada mas como las nubes se iban comiendo aquel cielo ya nocturno, estaba yo sentado, viendo como la luna brillaba sobre el lago, cuando de pronto sentí que alguien me tocaba el hombro derecho, una mano fuerte y maciza ¿Sería el patrón? Lo pensé, pero al momento lo descarte, no me hubiera venido a buscar hasta aquí, entonces, escuche una voz fuerte y ronca:
-Crilo, tenemos que irnos ya ¡Pero ya!
-¿Quién eres tú?
-Cirilo, hazme caso vamonos, que ya vienen.
-¿Quienes?
-No pregunté Cirilo ¡Vamonos!

Pues dicen que "El que nada debe nada teme", pero yo, en lo personal, yo, si debía, así que lo mire de nuevo, era un hombre:  alto fuerte, moreno y con una expresión bastante dura en su cara, me dio harto miedo, pero más bien por eso le hice caso no por otra cosa.

El hombre iba callado, caminamos por todo el matorral, después, cuando comenzó a dar ya la luz del sol, no reconocí donde estábamos, era grande y muy desierto, no había vaca o caballo, si un burro de carga, pero, ni un pájaro volando, yo me asuste, seguí, y el hombre después de toda la noche callado habló.

-Cirilo ¿Tiene hambre?
-Si pues.
-Mire cerquita de "el Ayote" hay un merendero donde podemos parar.

Yo que no sabía ni donde estábamos, lo miré con incertidumbre...

-Cirilo, creo que esta uste' desorientado ¿Verda'?
-Si, disculpe ¿Cómo se llama aste'?
-Denetrio, perdone que no le he contado a donde vamos, a mi me llamo su patrón, don Emilio, y me dijo que lo llevara lejos, por que corría uste' peligro ahí donde estaba, en la finca "Las Ramonas".
-¿Por qué corria peligro yo?
-Ya venian los "3 enormes"  y lo querían colgar, me dijo él, y que no queria nada le fuera pasar a uste', así que me encargo de llevarlo del otro lado del "Zapón".

El zapón es donde pos' yo nací, ahí donde toda mi vida he vivido, es tranquilo el lugar muy árido, pero en tiempo de lluvia la cosecha se da muy bien y el elote muy dulce, hace ya 15 años que llego el patrón Emilio, ahí puso su finca y nos ayudo a toda la comunidad, pero pos' yo nunca he salido de ahí, es bonito me gusta vivir ahí, es en paz, pero yo sabía que algún día los 3 llegarían a quitar la paz del pueblo.
Ya hace muchos años, llegaron y no eran "3" eran "los 4" , pero pos' cuando se trata de defender mi lugar, pos' que corra la sangre, yo soy un hombre honesto y bueno, pero en esa noche del mes de octubre, comenzaba ya a correr el vientecillo frío y escuche caballos, pero... largas trotadas de caballos, unas risas muy pero, muy feas, como con zaña, risas de esas que se sienten en el aire, esas malas, y voces fuertes y feas, yo iba a salir a decirle al patrón, cuando lo vi, era muy alto, güero, y tenia una pistola en la mano, un matón echo y derecho, quería entrar a mi casa, tocaba muy feo, y como yo tenia harto miedo, mejor le dije que si me esperaba, escuche sus pasos afuera, mientras yo tomé mi pistola que la tenia adentro en la casa, y por la ventana sin que se diera cuenta le disparé, yo sabía, venían a quitarnos las cosechas de hace meses, y querían a nuestras mujeres pa' una noche, esto no me gustaba, yo pues, le disparé al güero y me escondí rápido, me hice el dormido en mi casa por si es que entraban, y solo escuche "¡Vamonos! ¡Vamonos! lo mataron, esta muerto, dejenlo, ¡Vamonos!" y escuche esa noche como los caballos se alejaban, me quede con el alma en paz, pero supe despuecito que "los 3" sabían que había sido yo el que mato a su hermano, desde entonces mi alma no tiene paz, no duermo en las noches pensando que regresaran por mi y por mi familia, por eso es que veo la luna que se refleja en el río, esa es mi paz, verla tan blanca y tranquila, quien fuera ella...

-Cirilo, ya llegamos al merendero, ten cuidado, desayuna rapido y seguimos el camino...
-¿Donde vamos?
- A donde no se escuche tu voz en el viento, donde puedas ver la luz de la luna en el río de la vida...

Entendí después que no regresaría ya más al "Zapón", entonces reí sabiendo que ya podría estar en paz.